lunes, 21 de abril de 2008

Micropolítica educativa


Hasta hace muy pocos años, la escuela como organización había sido objeto de estudio sólo desde una perspectiva estructural y formal. Las diversas teorías de la organización, nacidas fundamentalmente en el ámbito de la empresa, fueron proyectadas miméticamente sobre la escuela olvidando su carácter de institución educativa. Así, la escuela ha sido considerada como un espacio que está o debe estar presidido por la racionalidad y la eficiencia, donde el orden es casi una consecuencia natural de la organización, y el conflicto un desorden que sólo aparece de modo excepcional. De esta forma se ha construido un modelo de organización escolar que ha sido definido como técnico-racional. En dicho modelo la escuela es el locus en el que de modo racional se produce la transmisión de conocimientos mediante una eficaz aportación de recursos personales y materiales. Obviamente, este enfoque repudia toda otra consideración, que, sin dejar de tener en cuenta los elementos indicados, pone énfasis en una faceta soterrada, a veces anatematizada, pero siempre presente en la vida de la escuela: de un lado, la naturaleza política de las relaciones que se entretejen entre todos los actores de la organización escolar, y, de otro, el carácter político de las que surgen entre la escuela y su propio entorno (comunidad local y administración educativa).
El rechazo de las relaciones entre política y escuela obedece a múltiples razones, aunque una de ellas sea aparentemente la más fundada, esto es, al deseo de que en la escuela no penetre la política de partido. Pero hoy día este temor ya no está justificado: existe prácticamente consenso en que la escuela es, o debe ser, un territorio ajeno a cualquier enfrentamiento partidista. Ello no impide que en los últimos años se haya puesto de relieve la necesidad de un análisis macropolítico de la escuela desde la consideración de la organización escolar como una institución básica de los Estados modernos, o, desde una perspectiva más amplia, como un elemento importante de las complejas relaciones existentes entre los sistemas políticos y los sistemas educativos. Del mismo modo, ha encontrado carta de naturaleza una consideración micropolítica de la escuela que ahonda en aspectos poco estudiados hasta el momento, y que van desgranando la idea de que la escuela es menos racional y burocrática de lo que las teorías tradicionales piensan.
Sin embargo, la micropolítica de la escuela no tiene aún un desarrollo considerable; su campo de estudio no está todavía bien delimitado, ni tampoco lo están sus métodos de investigación, pero en los pocos años transcurridos desde su aparición ha tenido la virtualidad de poner al descubierto aspectos importantes de la vida de la escuela: la existencia del conflicto interno, el entramado de relaciones de poder entre los diversos sujetos, las estrategias expresas o tácitas de los grupos de interés, la interrelación entre las autoridades de la escuela y los diferentes niveles de la administración de la educación; en suma, un conjunto de factores que enriquecen el ancho campo de la organización escolar.

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